martes, 6 de abril de 2010

Paul Auster, Invisible


Con los libros de Paul Auster me sucede una cosa curiosa: me gustan mientras los estoy leyendo, pero en cuanto termino se esfuman de mi mente y guardo un poso muy ligero de ellos. Hay que reconocer que tiene una fórmula mágica que le funciona, unas constantes vitales en las novelas recientes (la Trilogía de Nueva York es, en mi opinión, otra cosa) que maneja con habilidad, pero sin ocultar los hilos que las unen. No existe sospecha ni pudor en el hecho de que los personajes se parezcan de unas historias a otras.

Paul Auster es un best seller en nuestro país desde que lo vimos paseando por Oviedo, como si estuviese entre la 57 y Broadway. En 2006 le concedieron el Premio Príncipe de Asturias de las Letras. Tiene 62 años y una mirada turbia. No nos resulta difícil imaginarnos cómo vivía y cómo leía en ese petrolero que cruzaba el Golfo de México, en el que se enroló con 23 años.

Invisible comienza con una escena intrascendente, al menos en apariencia. Adam Walker, universitario de Nueva York, conoce en una fiesta a un excéntrico profesor, Rudolf Born. Entre ellos surge una extraña amistad y el profesor se ofrece a financiar una revista literaria que el joven gestionará. ¿Acaso un caramelo envenenado?

Me perdonarán que no pueda contar nada más de la trama, pero garantizo que se pone interesante y no hay quien deje el libro quieto hasta el final. Los temas recurrentes en Paul Auster están aquí también: el escritor, el proceso de escritura, los libros, los límites borrosos y borrados entre ficción y realidad, las sinestesias entre géneros artísticos, etc. De manera notable, el autor juega con los géneros (a veces estamos leyendo una novela de intriga, ¿o será un diario?, ¿quizás una autobiogafía?), las personas y los puntos de vista narrativos también se dan el relevo y los personajes se desmienten entre ellos.

Al final, nos acabamos preguntando si hay algo de cierto en eso que hemos leído. Lo lamento por quienes no aguanten el peso de esta duda. Para mí, es todo un placer.

Si queréis ver el vídeo de la primera parte de este programa (03/03/2010), pinchad aquí.

1 comentario:

  1. Ayyy yo no lo aguanté ese peso, no.. pero se fue esfumando cuando me fui olvidando del libro. No creo que fuera verdad...

    Bueno, estoy mirando tu blog por recomendación de Alienor, y he comentado aquí porque creo que es el único libro de los que comentas que he leído.
    Un saludo!

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