viernes, 18 de junio de 2010

Benito Pérez Galdós, El amigo Manso



No pienso esperar a 2020, al Año Galdós o como quieran llamarle las cabezas pensantes del Ministerio de Cultura, cuando esté de moda y hagan lecturas públicas de Marianela en el Retiro. Me pregunto por qué sonará bien decir que uno lee a Dostoievski o a Flaubert, por qué parece que uno es más puro o más extraño si pasea junto a Emma Bovary en calesa en vez de junto a Fortunata por las calles del Madrid del XIX. A saber. Pacatería mal encauzada.

Hoy pretendo rescatar de las estanterías de la Secundaria la obra de Benito Pérez Galdós, este hombre que no por casualidad salía en los billetes de mil pesetas, al otro lado del Teide, y que nació en Las Palmas de Gran Canaria en 1843 y murió en Madrid en 1920. Hay guías turísticas que hablan del “Madrid de Galdós”, como del “Madrid de los Austrias”. Con Clarín, representa la novela realista española del siglo XIX y retrata de manera magistral la sociedad y la época en la que vivió. Y sin embargo, no se hace extraño, no resulta una lectura difícil ni trasnochada, tiene trama, intriga, es de calidad, y es un regalo.

Yo he elegido El amigo Manso, pero podéis escoger cualquier otra. (Para los que gusten de novelas históricas, se pueden hartar con las 46 de los Episodios Nacionales.) La vida de Máximo Manso, un hombre culto, de existencia reglada, erudito y solterón, se ve alterada por la llegada de su hermano y la familia de este, así como por la entrada en escena de la joven Irene, que descolocará el corazón ordenado de nuestro protagonista. La novela es toda una reflexión sobre dos facetas ante la vida: la acción y la contemplación, la realidad y las ideas, a la vez que ironiza sobre una sociedad materialista que menosprecia el conocimiento y la educación en favor de las apariencias y el arribismo.

¿Quién dijo que esta novela se publicó en 1882?


Si queréis ver el vídeo de la segunda parte de este programa (16/06/2010), pinchad aquí.

4 comentarios:

  1. ¡Cuánta razón tienes! Todo lo dicho sobre el extraño (extrañísimo) desprestigio de Galdós, al que mucha gente, que por supuesto desconoce una sola de sus obras, le mira por encima del hombro me fascina, por no decir otra cosa.

    Y aquello de pensar que bueno, Dickens o Balzac serían buenos (también los desconocen), pero Galdós, no lo sería tanto. ¿Por qué?

    También está aquel que te dice
    - ¿Qué te estás leyendo entonces, Los Episodios Nacionales?

    Con lo que he llegado a la conclusión de que no escribió nada más como mucho Marianela, que como se obligaba a leer en BUP.

    En fin, una pena.

    Respecto al Amigo Manso, lo recuerdo un poco vagamente, porque lo leí hará más de 15 años, pero sí recuerdo muy bien el final, muy-muy irónico y con ese giro surrealista.

    Ah, y la escena en la que buscan ama de cría. Escalofriante.

    ResponderEliminar
  2. Anda pues a mi jamás me hicieron leer nada de Galdós, menos mal que una tiene iniciativa cotilla y he "descubierto" a este autor no hace mucho y desde luego no pienso parar hasta leérmelo todo, quizás lo que más pereza me de sean justamente los Episodios esos.

    Creo que haces una descripción maravillosa, efectivamente es un regalo, las historias que cuenta no son tan importantes como la forma en que lo hace.

    Por cierto que siempre he pensado que Madame Bovary, y de paso Anna Karenina como personajes se quedan en mantillas al lado de La Regenta de Clarín.
    Saludos,

    ResponderEliminar
  3. Gracias por los comentarios.

    Galdós es una joya por descubrir. A mí me asusta lo ingente de su obra, la capacidad mental y la fluidez narrativa. No hay palabra más justa ni expresión más acertada en lo que escribe.

    Me alegro de que compartáis mi opinión y, aunque me propuse no repetir autor, igual puedo quebrar mi propia norma, ¿no os parece?

    ResponderEliminar
  4. Con Galdós se puede repetir, tripitir... yo me habré leído unos 10 libros suyos y ¡los que me quedan todavía!

    ResponderEliminar