miércoles, 30 de noviembre de 2011

Eduardo Laporte, Luz de noviembre, por la tarde



Aviso para navegantes: esta no es una lectura fácil, en la que la ficción apenas nos roce. Publicada por la editorial Demipage, la última novela de Eduardo Laporte (Pamplona, 1979) se nos presenta como un órgano abierto y bello, despiezado, en carne viva, a pesar de su estilo comedido, sutil y elegante. Porque el dolor, si está bien contado, también puede acabar brillando.

Luz de noviembre, por la tarde narra los últimos meses de la vida del padre de nuestro escritor, enfermo de cáncer, bajo la sombra de la reciente muerte de la madre, escasos meses atrás. Todo ello sucede en el año 2000 (Eduardo es un joven universitario de 21 años), aquel año tan eufórico para los demás como triste y sombrío para el autor/protagonista, que, como en un collage, en apariencia desordenado, va descubriendo y descubriéndose en las pequeñas escenas cotidianas y en las reflexiones desde el presente. Así, imitando con maestría los mecanismos de la memoria, sus zonas en penumbra, construye un iceberg de recuerdos sumergidos donde el silencio es, en ocasiones, menos ambiguo que lo que una vez se dijo.

Un libro bien escrito y que agita por dentro, que parte de la familia de Eduardo para trasladarnos a la nuestra propia, a nuestros padres, hijos, hermanos, esos grandes desconocidos con los que compartimos la existencia, acostumbrados a ellos como si siempre hubiesen estado ahí, como si siempre fuesen a estar con nosotros. Una lectura que nos raspará por dentro, como la vida, pero de la que emergeremos, a buen seguro, más lúcidos, más fuertes.


Si queréis ver el vídeo de la primera parte de este programa (23/11/2011), pinchad aquí.

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