tag:blogger.com,1999:blog-4776356647045988681.post7385610708653307844..comments2022-12-20T18:08:19.655+01:00Comments on Los libros de "No apagues la luz": La novela policíaca, una introducciónMargarita Leozhttp://www.blogger.com/profile/18414407814605982022noreply@blogger.comBlogger2125tag:blogger.com,1999:blog-4776356647045988681.post-70849820144501409342010-04-08T10:12:34.458+02:002010-04-08T10:12:34.458+02:00La serie de la BBC que comentas es buenísima. Muy ...La serie de la BBC que comentas es buenísima. Muy bien ambientada. Estamos en la novela detectivesca por antonomasia: lo importante es seguir las pistas, la deducción. <br />Colombo funciona de la misma manera pero al revés: el espectador es testigo de cómo se planea el crimen, conoce al culpable y el placer surge por saber cómo va a ser capaz Colombo de llegar hasta él, cuál es el cabo suelto que ha dejado. <br />Gracias por las referencias.Margarita Leozhttps://www.blogger.com/profile/18414407814605982022noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-4776356647045988681.post-85671450379320760082010-04-06T14:35:08.876+02:002010-04-06T14:35:08.876+02:00Es cierto que entre los 60 y 80 la novela policíac...Es cierto que entre los 60 y 80 la novela policíaca sufrió una cierta crisis, pero siempre me ha parecido curioso que es precisamente durante estas décadas cuando se popularizan las adaptaciones de esta literatura para la televisión con series de primera calidad como la británica de Sherlock Holmes (caracterizado por el más que convincente Jeremy Brett), de la cual se hizo "el regreso de Sherlock Holmes" tras el éxito obtenido. No solamente hubo adaptaciones, también para la televisión se crearon personajes y tramas con absolutamente todos los ingredientes tradicionales, como fue la sobresaliente serie estadounidense Colombo. Claro que es la época dorada de las grandes series para la televisión. Tampoco debemos olvidar la popular obra de los setenta de A. Shaffer, "La Huella" llevada al cine en el 72, con un espectacular duelo interpretativo protagonizado por Michael Caine y Laurence Olivier. Perdonadme el salto a lo audiovisual.Anonymousnoreply@blogger.com